***PRIMERA MISA***
ANTÍFONA DE ENTRADA
Así como Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que a los que mueren en Jesús, Dios los llevará con él y así como en Adán todos mueren así en Cristo todos volverán a la vida.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, benignamente nuestras súplicas, y concédenos que al proclamar nuestra fe en la resurrección de tu hijo de entre los muertos, se afiance también nuestra esperanza en la resurrección de tus hijos difuntos. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Daniel 12, 1 – 3.
En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.
Será aquel un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará a tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo. Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo Del salmo 121
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
A tí, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para lavar el nombre del Señor.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
Digan de todo corazón: “ Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine La Paz en cada casa”.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La Paz esté contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios
Hermanos: sabemos que aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas. Por eso siempre tenemos confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en el cuerpo, estamos desterrados lejos del Señor.
Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Apoc 14,13
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que mueren en el Señor; que descansen ya de sus fatigas, pues sus obras los acompañan.
R/. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no.
Del santo Evangelio según San Juan 12,23 – 28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la Tierra no muere, queda infecundo; pero si muere producirá mucho fruto. El que se llama a sí mismo, se pierde; el que sea aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: “Padre, líbrame de esta hora”? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre”. Se oyó entonces una voz que decía: “lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente R/. Te rogamos, Señor.
Oremos a Dios Padre por el Papa León XIV, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al Señor.
Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.
Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. Roguemos al Señor.
Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Señor, nuestras ofrendas, para que tus fieles difuntos sean recibidos en la gloria con tu hijo, a quien nos unimos por este sacramento de su amor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11,25 – 26
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor. El que cree en mí aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tus fieles difuntos, por quienes hemos celebrado este sacrificio pascual, lleguen a la morada de la luz y de La Paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
***SEGUNDA MISA***
ANTÍFONA DE ENTRADA
Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, gloria de los fieles y vida de los justos, que nos has redimido por la muerte y resurrección de tu Hijo, acoge con bondad a tus fieles difuntos, que creyeron en el misterio de nuestra resurrección, y concédeles alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del libro de la Sabiduría 3, 1 – 9.
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26
R. Espero ver la bondad del Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida. ¿quién podrá hacerme temblar? R. Espero ver la bondad del Señor.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R. Espero ver la bondad del Señor.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión. El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No rechaces con cólera a tu siervo. R.Espero ver la bondad del Señor.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R. Espero ver la bondad del Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan 3, 14 – 16
Hermanos: nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna. Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO MT 25, 34
R/. Aleluya, aleluya.
Vengan, benditos de mi padre, dice el Señor; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
R/. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según San Mateo 25, 31 – 46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su Gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y el apartará los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme cierra “. Los justos le contestarán entonces: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?”. Y el rey les dirá: “Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.
Entonces dirá también a los de la izquierda: ´apártense de mí, malditos; vayan el fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron´.
Entonces ellos le responderán: ´Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?´. Y él les replicará: ´Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo´. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente R/. Te rogamos, Señor.
Oremos a Dios Padre por el Papa León XIV, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al Señor.
Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.
Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. Roguemos al Señor.
Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por este sacrificio, Dios todopoderoso y eterno, te rogamos que laves de sus pecados en la sangre de Cristo a tus fieles difuntos, para que, a los que purificaste en el agua del bautismo, no dejes de purificarlos con la misericordia de tu amor. por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 4 Esd 2, 35.34
Brille, Señor, para nuestros hermanos difuntos la luz perpetua y vivan para siempre en compañía de tus santos, ya que eres misericordioso.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido el sacramento de tu unigénito, que se inmoló por nosotros y resucitó glorioso, te pedimos humildemente, Señor, por tus fieles difuntos, para que, ya purificados por este sacrificio pascual, alcancen la gloria de la futura resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
***TERCERA MISA***
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Rom 8, 11
El Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también dará vida a nuestros cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tu que quisiste que tu hijo único venciera la muerte y entrar a victorioso en el cielo, concede a tus fieles difuntos que, venciendo también la muerte, puedan contemplarte a ti, creador y redentor, por toda la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del libro del Profeta isaías 25, 6.7-9
En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos.
El arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la Tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá: Áquí esta nuestro Dios de quien esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae cierras
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 129
R. Señor, escucha mi oración.
Desde el abismo de mis pecados clamo a ti: Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R. Señor, escucha mi oración.
Sí conservarás el recuerdo de las culpas, ¿Quién habría, Señor, que se salvará? pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos. R. Señor, escucha mi oración.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela. R. Señor, escucha mi oración.
Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R. Señor, escucha mi oración.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 4, 13-14. 17 – 18
Hermanos: no queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con él, y así estaremos siempre con el Señor.
Consuélense, pues, unos a otros, con estas palabras
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3,16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
R/. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según San Juan 6, 51 – 58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “ Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “ ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?“.
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día”.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan, vivirá para siempre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente R/. Te rogamos, Señor.
Oremos a Dios Padre por el Papa León XIV, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al Señor.
Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.
Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. Roguemos al Señor.
Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad la ofrenda que te presentamos por todos tus siervos que descansan en Cristo, para que, por este admirable sacrificio, libres de los lazos de la muerte, alcancen la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Flp 3, 20 – 21
Esperamos como Salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido este santo sacrificio, te pedimos, Señor, que derrames con abundancia tu misericordia sobre tus siervos difuntos, y a quienes diste la gracia del bautismo, concédeles la plenitud de los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
