la Santa Misa para este domingo se centra en la temática del poder de Dios sobre la naturaleza y su amor transformador en nuestras vidas. La liturgia comienza con la Antífona de Entrada, que invoca la protección divina y el guiado perpetuo del Señor. La Oración Colecta destaca el llamado a vivir en el amor y respeto por el nombre de Dios, quien sostiene a sus fieles en su amor eterno.
En la Liturgia de la Palabra, la Primera Lectura del libro de Job muestra la soberanía de Dios sobre la creación, especialmente sobre el mar, reflejando su poder y autoridad. El Salmo Responsorial agradece las bondades de Dios y narra cómo Él calma las tempestades y guía a los navegantes a través de aguas agitadas. La Segunda Lectura de la carta de san Pablo a los corintios enfatiza la renovación espiritual en Cristo, donde los creyentes son transformados en nuevas criaturas.
La aclamación antes del Evangelio proclama a Jesucristo como un gran profeta que Dios ha enviado para visitar a su pueblo. El Evangelio según san Marcos relata el milagro de Jesús calmando la tormenta, mostrando su dominio sobre los elementos naturales y desafiando a sus discípulos a crecer en fe y confianza en él.
La Plegaria Universal expresa las intenciones de la comunidad para que Dios fortalezca la fe y la confianza en Él en todas las circunstancias de la vida. La Oración sobre las Ofrendas y la Oración después de la Comunión subrayan la reconciliación y la renovación espiritual que los fieles experimentan a través del sacrificio de Cristo, fortaleciéndolos en su camino de fe.
En resumen, la liturgia de este domingo enfatiza el poder de Dios sobre la naturaleza y su constante amor transformador, invitando a los fieles a vivir en la confianza en su providencia y en el seguimiento fiel de Cristo.