Las lecturas de hoy nos hablan del sacrificio, la fe auténtica y el seguimiento de Cristo. Isaías muestra al siervo de Dios que, a pesar de ser golpeado e insultado, confía plenamente en el Señor, sabiendo que no quedará avergonzado. El salmo refleja la confianza en Dios que escucha y protege a los que claman en medio de la angustia. Santiago nos recuerda que la fe sin obras es estéril, exhortándonos a demostrar nuestra fe a través de acciones concretas de amor. En el Evangelio, Jesús revela a sus discípulos que es el Mesías, pero también les enseña que su misión implica sufrimiento, muerte y resurrección. Invita a todos a seguirlo, renunciando a sí mismos y cargando con su cruz, recordando que solo perdiendo la vida por Él y por el Evangelio se alcanza la verdadera salvación.