Celebrante: Sursum corda (“Levantemos el corazón”)
Asamblea: Habemus ad Dominum (“Los tenemos levantados hacia el Señor”).
Es una fórmula de diálogo litúrgico que introduce la acción más sagrada: el sacrificio eucarístico.
Este breve intercambio marca un cambio de nivel espiritual en la misa: la comunidad es llamada a elevar el alma desde lo terrenal hacia lo divino.
El corazón representa en la Biblia el centro del ser, la sede de la inteligencia, la voluntad, el afecto y la fe.
San Agustín decía que levantar el corazón es “alejarlo de las cosas terrenas y elevarlo a las cosas celestiales”.
Sursum corda prepara al alma para el misterio: entrar en comunión con el cielo, donde Cristo intercede por nosotros.