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ANTÍFONA DE ENTRADA Flp 2, 10-11

Que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en los abismos, y que toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para extender la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, luchando en la tierra, con su auxilio y a imitación suya, merezcamos ser coronados, con él, en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Del libro del Deuteronomio 30, 15 – 20

Esto dice el Señor: Mira: hoy pongo delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha. 
  Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor tu Dios, te bendecirá en la tierra adonde vas a entrar para conquistarla. Pero si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te postras dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella.
  Hoy tomo como testigos contra ustedes al cielo y a la tierra; te pongo delante bendición y maldición. Elige la vida, y vivirás tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, uniéndote a él, porque de ello depende tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob.

SALMO 1, 1 – 6

R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso el hombre que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.

R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.

R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

R. Dichoso el hombre que confía en el Señor.

SEGUNDA LECTURA

De la primera carta de San Pablo a Timoteo 1, 12 – 17

Doy gracias a Cristo Jesús Señor nuestro, quien me fortaleció, se fió de mí y me tomó a su servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores; Él tuvo compasión de mí porque yo lo hacía por ignorancia y falta de fe. Y así nuestro Señor derramó abundantemente su gracia sobre mí y me dio la fe y el amor de Cristo Jesús.
  Este mensaje es de fiar y digno de ser aceptado sin reservas: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me tuvo compasión, para demostrar conmigo toda su paciencia, dando un ejemplo a los que habrían de creer y conseguir la vida eterna. Al Rey de los siglos, al Dios único, inmortal e invisible, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

ALELUYA

Que Dios nos conceda conocimiento interno del Señor que por nosotros se ha hecho hombre, para que más le amemos y le sigamos

EVANGELIO

Del Evangelio de San Lucas 9, 18 – 26

Estando Jesús una vez orando a solas, se le acercaron los discípulos y él los interrogó:
   —¿Quién dice la multitud que soy yo?
  Contestaron:
   —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha surgido un profeta de los antiguos.
  Les preguntó:
   —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
   Respondió Pedro:
   —Tú eres el Mesías de Dios.
  Él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

  Y añadió:
   —El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, tiene que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

  Y a todos les decía: 
   —El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga. El que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por mí la salvará. ¿De que le vale al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se malogra él?
  Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria, la de su Padre y de los santos ángeles.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te agraden, Señor Dios, las ofrendas que te presentamos en la celebración de san Ignacio, y concede que estos santos misterios en los que has puesto la fuente de toda santidad, nos santifiquen en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 12, 49

He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que este sacrificio de alabanza, que te hemos ofrecido en acción de gracias en la celebración de san Ignacio, nos lleve a alabar perpetuamente tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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