
San Atanasio de Alejandría, cuya fiesta se celebra el 2 de mayo, fue un obispo, teólogo y pastor incansable que vivió en el siglo IV, en tiempos de grandes controversias doctrinales. Desde una perspectiva pastoral católica, San Atanasio se destaca como un testigo valiente de la verdad de la fe en Cristo, plenamente Dios y plenamente hombre, frente a la herejía arriana que negaba esta divinidad. Su defensa del Credo de Nicea no fue solo un acto intelectual, sino un profundo compromiso con el anuncio del Evangelio auténtico y la salvación ofrecida por Jesucristo. Su vida, marcada por exilios y persecuciones, muestra la fidelidad de un pastor que antepone la verdad y la comunión eclesial a su propia seguridad.
Su legado no es solo doctrinal, sino profundamente espiritual y pastoral. San Atanasio comprendía que negar la divinidad de Cristo era vaciar el corazón del Evangelio y dejar al rebaño sin el verdadero Pastor. Por ello, su obra más conocida, La Vida de San Antonio Abad, no solo defiende la fe, sino que inspira la vida cristiana concreta, mostrando que el seguimiento de Cristo exige coherencia, valentía y santidad. En un tiempo donde la confusión y el error podían dividir a los fieles, San Atanasio fue un punto de referencia seguro: un obispo que amó a su pueblo, a la Iglesia y a Cristo con corazón indiviso.
Oración a San Atanasio
San Atanasio, pastor fiel y defensor valiente de la verdad,
tú que no temiste al exilio ni al desprecio por amor a Cristo,
intercede por nosotros para que, en medio de las pruebas,
permanezcamos firmes en la fe y unidos a la Iglesia.Enséñanos a amar la verdad con humildad y a anunciar a Cristo con valentía,
para que, como tú, vivamos con corazón indiviso al servicio del Evangelio.Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.