Este día se recomienda el ayuno
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece en ayuno y oración, junto al sepulcro del Señor; meditando en su pasión y muerte, así como en su descenso al lugar de los muertos, y esperando su resurrección.
Manteniendo el altar enteramente desnudo, la Iglesia se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes.
Este día la sagrada Comunión puede administrarse sólo como viático.