Hoy se celebra una liturgia basada en textos bíblicos que nos invitan a reflexionar sobre la fidelidad a Dios y su llamado a la misión. Comienza con la Antífona de Entrada que nos recuerda la esperanza en la gloria de Dios al despertar. Luego, la Oración Colecta pide a Dios que los cristianos rechacen el mal y vivan conforme a su nombre.
En la Liturgia de la Palabra, la Primera Lectura del profeta Amós muestra cómo Dios llama a personas comunes a profetizar y dirigir a su pueblo, sin importar su origen. El Salmo Responsorial nos habla de la misericordia y justicia de Dios. En la Segunda Lectura de la carta a los Efesios, san Pablo enseña que Dios nos ha elegido desde antes de la creación para ser santos y redimidos en Cristo.
El Evangelio de Marcos relata cómo Jesús envía a sus discípulos a predicar, con autoridad sobre los espíritus y confiando en la providencia divina. La Plegaria Universal intercede por la Iglesia y por todos los que necesitan la ayuda de Dios. Finalmente, la liturgia incluye la Oración sobre las Ofrendas, la Antífona y la Oración después de la Comunión, todas centradas en crecer en santidad a través de los sacramentos y la palabra de Dios.
Este conjunto de lecturas y oraciones forma una liturgia que llama a los fieles a vivir según la voluntad de Dios, proclamando su palabra y confiando en su gracia para llevar a cabo su obra en el mundo.
